Queridx First name / amigx,
 
Se han cumplido tres semanas desde que me mudé a Barcelona, y entre el cambio de estaciones que hemos vivido, todas las nuevas actividades y personas, se siente como tres meses, mínimo.
 
También ha sido un vaivén de emociones. Un aprender a compaginar cosas, horarios, distancias. El mudarte a una nueva ciudad siempre es caótico al principio y, quizá sin pretenderlo, dejas de lado buenas costumbres. En mi caso es que no me he acordado de escribir en mi “gratitude journal”. Si no sabes qué es, es un diario donde, al principio y al final del día, haces un “check-in” de cosas positivas que tienes en tu vida. Es un hábito buenísimo y, ahora que llevo un tiempo sin hacerlo, lo echo de menos. Sé que nada es blanco y negro, que los grises son la paleta predominante en nuestra vida, y un hábito como este ayuda a enriquecer la gama.
 
Image item
 
En mi caso me muevo en los parámetros grisáceos a diario. Entreveo la Sagrada Familia entre edificios cuando bajo el Paseo Sant Joan. Felicidad. Se me taponan los oídos y el centro de salud no me da cita hasta dentro de dos semanas. Tristeza. Cojo una bici y no tengo que mirar el Google Maps para ver por dónde voy. Felicidad. No nos ponen el wifi y hay que llamar cincuenta veces. Tristeza. “Estoy en Barcelona el finde que viene, ¿nos vemos?”. Felicidad. La felicidad son los momentos, las pequeñas cosas. De esto ya nos hemos dado cuenta, pero yo te lo repito, porque esta ciudad me lo recuerda constantemente.
 
Image item
 
Entre las actividades que he hecho, me gustaría destacar dos, por si te inspiran o te invitan a replicarlas. Son la visita a la biblioteca de Sant Pau, y las exposiciones en la Fundación Mapfre.
 
En la biblioteca de Sant Pau, que tiene un patio interior muy bonito, paramos en la sección de fotografía. Más que nada como para disimular que lo que queríamos hacer era ver la biblioteca por dentro. Pero nos llamó la atención un libro que recopilaba las 1001 fotos que uno “debe conocer” antes de morir. Así que lo tomamos como un reto, nos sentamos a ver cuántas de estas fotografías conocíamos. En efecto, eran muy pocas.
 
Y en la Fundación Mapfre conocimos el trabajo de Lee Friedlander y Adolf Mas Ginestà. Son muy diferentes entre sí y magníficas las dos. Sé que no hay muchos en Barcelona de los que me leen, pero si estás de visita, es guay.
 
Image item
 
Me encantaría poder contar algo más sobre mi vida aquí, pero de momento estoy habituándome. Que no es poco. Así que gracias por leerme, por seguirme en este camino y por ofrecerme unos minutos de tu tiempo. Espero que hoy saques un tiempo para analizar lo bueno en el vaivén de emociones, que son muchos los grises que existen y que las tonalidades molan.
Con mucho amor,
xx Andrea
 
 
Instagram