(Basado en hechos reales)

Era 2017 (creo), y estaba cursando el primer año de la formación de coaching. 

Formación a la que ingresé buscando algo que no encontré (o que sí, pero que vino con giros totalmente inesperados del destino) pero bueno eso va para otro mail.

 

Mas allá de toda la experiencia en sí, que fue muy transformadora, hubo alguien que sin querer, me inspiró y un montón. Y quizás, pienso ahora escribiendo un poco en voz alta, dio un poco de forma al estilo con el que me muevo hoy.

 

Ella es Ana Bonotti y era una de las instructoras de la formación.

 

Ana llegaba a la clase muy tranquila y PUM, se descalzaba. 

Así, como si nada, 

Como si fuese lo más natural del mundo.

Daba toda la charla descalza, iba de acá para allá, hacía preguntas, nos escuchaba, se sentaba al borde de un escritorio, TODO DESCALZA.

 

Y no solo eso, sino que lo hacía con una naturalidad que me shockeaba y me encantaba.

Parece una boludez pero en toda mi escolaridad (jardín, primaria, secundaria y universidad) NUNCA había visto a un profesor/instructor descalzarse para dar clase.

 

Creo que ni me imaginaba que fuese algo ¨posible¨.

No porque fuese algo necesariamente malo, sino porque ni se me había pasado por la cabeza.

El tiempo pasó y me puse a dar talleres. Los daba en mi casa, tranquila, relajada, feliz de poder recibirlas y comer budín mientras hablábamos de astrología.

 

Tengo la suerte que cada 2x3 conozco alguien en los talleres de quien me hago amiga, y así fue como apareció otra Flor (si, se ve que a fines de los 80 hubo un boom de Florencias).

 

Flor vino a todos los talleres habidos y por haber y nos terminamos haciendo amigas. 

 

Años después me confesó que cuando entró a casa por primera vez y me vio dando un taller descalza, feliz y hablando de astro algo la shockeó. 

Hasta ese momento no se podía imaginar que todo eso fuese posible.

 

Hoy Flor mi amiga, todavía no da talleres en su casa.

(Si, digo todavía, porque yo creo que en algún momento va a pasar)

Esta es una foto mia de esos momentos.

Esta es mi casa

Y eso que ves atrás, fue un experimento en donde cultivaba lechuga. Tenia 18 plantas jaja

La vida es movimiento 

Mis referentes están cambiando.

Lo que me inspira esta cambiando.

Ya no me resuena lo mismo de antes.

No sé cuando esto empezó, pero hay ciertos espacios de las redes que ya no me convocan más. O me aburren o los siento lejanos. No me interesan los relatos llenos de plástico, o a puro copy paste.

 

(Quizás peque de intensa, pero no me importa)

 

Quiero tomar contacto con el lado humano de las personas y los procesos.

 Con lo real, con las subidas y las bajadas.

Necesito tomar contacto con lo vulnerable.

Abrir mi propia vulnerabilidad no es fácil.

Compartirla menos.

 

Ya hace un tiempo que tengo la necesidad, y digo necesidad a propósito, de abrir más mis procesos (alias mis miedos, mis deseos, mis ganas, mis dudas, mis vueltas en U)

 

 Pero la verdad es que aún con ganas a veces tengo miedo. 

 

…

 

Y aunque es verdad que cuanto mas me abrí, más conexión hubo , más escucha, más empatía y más tranquilidad, el miedo a la exposición sigue estando.

 

Y ahí es donde vienen mis mujeres inspiradoras de hoy.

Ellas que sin saberlo me acompañan y me inspiran en esto tan hermoso pero tan complejo que es mostrarnos (simplemente) humanas.

 

La primera es Ceci Alemano.

Si hoy comparto mis procesos es (en parte) gracias a que ella los compartió primero.

La apertura de su vulnerabilidad fue esa mano invisible que acompañó a que yo abra la mía.

Si no la conoces arriba tenes su link.

Fijate si te resuena tanto como me resuena a mí.

Leerla me hace bien al alma. Ella es como una sopita en pleno invierno.

 

La segunda es Iara Villardebó

Iara compartió esta semana el podcast donde hablé con las mujeres de Comadre.

Después de eso le conté que estaba viviendo un shock de síndrome de la impostora.

Ella me atajó y me invito a leer su último newsletter en el cual habla de este tema. 

Leer su experiencia tan en primera persona me hizo bien.

Sentí esa conexión tan potente y amable que es la de ¨no estoy sola¨

La leí y me fui a dormir en paz.

 

La tercera es Cande

Confieso que espero su newsletter con mucho amor.

Muchas veces los leo mas de una vez, porque siempre me dejan pensando.

Me encantaría que me lleguen tipo carta papel.

Leerla me hace sentir acompañada.

Cande abre su mundo, sus procesos, sus dudas, y todo eso que al menos yo necesito hoy para sentirme mas yo. Para seguir habilitando mi propia búsqueda.

 

Bueno, esto es todo por hoy.

Gracias por leer y por estar acá.

 

Pero antes de irme quería preguntarte….

 

 

Abrazo!

Flor

 

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