Honestamente no sabía cuántas íbamos a ser.
Pero ahí fui, con mi manta, mi buzo fluo y mi mate.
Es raro ser la primera y que no haya nadie.
Es como un salto de fe.
O mas bien, como un acto de valentía y de vulnerabilidad.
Es decir ¨Acá estoy y esto es importante para mi¨.
En mis 6 años dando talleres puedo decir que vivi varios escenarios.
El del taller con 65 personas (a veces siento fue mentira pero no, fue hiper real e incluso tuvo lista de espera!), el del taller de 40, el de 20, el de 5, el de 2 que di, y el de 2 que terminé cancelando.
También vivi la del taller de 30 en donde nadie conectaba profundo con nadie y la del taller de 10 en donde todas se hicieron mejores amigas, lo disfrutamos una locura y fue un amor.
Aclaro esto porque mas no siempre es mejor