Hola querida,
Vuestro feedback de ayer me sorprendió y me hizo feliz a partes iguales. Me encanta saber que mis cartas te gustan. O que estás enganchada a ellas como a tu serie favorita de Netflix. Menudo regalo me haces. Gracias.
QuerÃa que este email fuese directo, eficaz y cortito. Algo asà como un picoteo antes de la cena. Pero me ha quedado más bien una recena distendida. Puedes ir abriendo la botella de vino.
Hoy voy a contarte los pasos que hemos seguido para auditar nuestra empresa. Y facturar más y mejor. Todo en formato snack. Sencillo y alcanzable.
Contexto. O historia. Tú mandas.
El año pasado terminó para nosotros en el punto opuesto a como empezó. Enero de 2021 fue el mes más triste de mi vida. TenÃa una depresión enorme. El DÃa de Reyes nos despertamos solos en un piso barato lejos de nuestra familia. Sin regalos. Sin ilusión. Y con ganas de tirar la toalla. Puede que para ti el 6 de enero sea un dÃa más, pero en mi caso, es el dÃa en el que me permito ser una niña durante 24 h. Total, que toqué fondo. Nunca habÃa estado tan mal. Mi madre, como todas las madres, es capaz de sentirme a km de distancia. Supo que algo no iba bien. Y se presentó en mi casa por la noche. 200 km. Yo no la esperaba. Por eso cuando llamaron al timbre la vida se me iluminó. Te puedes hacer una idea de lo que lloré al verla. Creo que algo intangible ocurrió en nuestro abrazo. Porque todo comenzó a mejorar desde ese instante. Agradecà que siguieran vivos. Que pudieran venir a verme cuando estaba vulnerable. Y dejé de sentir que mi vida era una mierda. Si por casualidad te encuentras en este punto, sé que no existen palabras de consuelo, pero te abrazo. Todo saldrá bien, te lo prometo.
Como venÃamos de sentirnos tan tristes con nuestro proyecto, en cuánto tuvimos dinero decidimos invertir en él. PodrÃamos habernos comprado un terreno. O un piso barato y ponerlo en alquiler. Pero entonces, hubiésemos vuelto al punto de partida. Y no querÃamos eso. PreferÃamos escalar el proyecto. Y con su facturación, comprarnos el terreno, el piso y el local. Bueno, y la casa palacio para patrocinar artistas. Guiño, guiño.
La primera pregunta
¿En qué invierto?
En formación. Contrata a personas que estén donde tú quieras estar. O profesionales que tengan autoridad en eso que tú no controlas. Te van a dar justo la perspectiva que necesitas para avanzar.
Otra opción: Haz cursos. Es importante que los profesores te inspiren. Y que hayan pasado tu filtro de calidad. No compres desde la carencia y el miedo. Hazlo desde la abundancia → ¿Creo que este curso me va a inspirar? Si la respuesta es sÃ. Dale. Siempre.
Si puedes permitirte los servicios de una mentora, contrátala. Esta figura da un vuelco enorme a tu negocio y te pone las pilas. Con su ayuda encontrarás la forma de pagarle a ella y a ti misma.
Nosotros lo hicimos. Y qué cambio.
Si aún no es tu momento, te recomiendo un libro: Eres una chingona haciendo dinero, de Jen Sincero.
El siguiente paso después de invertir es mirar hacia dentro. Esto sirve. Se queda. Esto no. Fuera.