Instagram se me llenó de propuestas para planificar el 2023.
Por suerte no me aturde, solo las observo.
Pareciera que el único momento para planificar el año entrante es diciembre, después es demasiado tarde (?).
Si te soy honesta mi único plan para el año que viene es dar la segunda edición de fan de los lunes en marzo y dar un workshop al que me invitaron a mediados de mayo.
Después no sé bien que voy a hacer.
Las ideas que me aparecen suenan forzadas y no me gustan.
Un poco por eso decido hacer espacio.
Llamalo intuición o lo que quieras pero siento que hay una idea copada revoloteándome cerca, pero que todavía no la puedo ver. Es como si la pudiese sentir pero no ver. No sé que forma tiene, ni que color, ni menos de que se trata.
….
Sé por mi vínculo con las ideas que necesito dame tiempo y dejar que esta idea se acerque. Por eso mi ¨plan¨ es no llenarme de cosas. Quiero que esta idea me encuentre con la agenda liberada y la energía disponible para ponerme a hacer.
El colapso y el agotamiento es el enemigo nro 1 de la creatividad y mucho mas del disfrute.
Esperar esta idea no es ponerme a calentar agua para el mate y mirar para otro lado.
Bueno, un poco si, pero otro poco es literal tener 3 horas por semana para pensar en cositas, que me gustan, leer libros totalmente distintos a los que normalmente leería, salir a caminar sin rumbo pero con la cabeza invocando a esta idea.
También es permitirme pensar distinto, salir de la baticueva y habilitarme a que otras propuestas parezcan. ¿Qué pasa cuando abro el juego a lo distinto?
Un poco en esto, en auto decirme que me iba a abrir a lo distinto, dos mujeres en el último mes me propusieron la misma idea.
¿Es una señal?
Me pregunto:
¿Cómo lo siento en el cuerpo?
¿Cómo me lo imagino?
¿Es un mandato mas?
Como no tengo una respuesta segura lo dejo decantar