Ahora, volvamos al inicio. El título de este mail carta es hackear nuestras narrativas. Las narrativas son como esos cuentos o esas historias que nos contamos a nosotras mismas.
Dicho esto me gustaría cerrar con dos invitaciones diferentes pero parecidas.
Una es la más clásica, preguntate que cuentos queres dejar de contarte y busca referentes que hayan hecho ese cambio. Estos referentes pueden ser tu tía, la amiga de tu prima, o x persona de instagram. Mostrale a tu cerebro que las cosas si pueden ser distintas. Parece una boludez pero ese click es la puerta que inicia todo.
La otra invitación es a que salgas un poco de las rutinas que haces siempre, porque aunque te parezca raro, hay narrativas que ni se nos ocurren que pueden cambiar, por ende nunca vamos a buscar referentes que hayan cambiado.
Yo no la busqué a Nadia, ella simplemente apareció.
¿Hubiese cambiado mucho mi historia si no nos hubiésemos cruzado?
No tengo la más pálida idea, pero sí puedo decirte con el diario del lunes que ese cortocircuito fue vital para acompañar mi propia transición.
Yo sé que puede darte flaca, pero animate a mirar documentales distintos, lee autores diferentes (no hace falta que compres libros, pedí prestados), en un bar o en un cumpleaños habla con esas personas con las que nunca hablas (preferentemente de cosas que no sean solo gran hermano), escucha otras historias. Mirate un par de entrevistas de la caja negra random, dale play a nuevos podcast. Pregúntale a tu cuñada que personas le inspiran. Hacele esta misma pregunta a tu jefa, y a tu sobrina.
Abrí los ojos a nuevas historias. No todo lo nuevo que escuches te tiene que emocionar, gustar o inspirar (y esta bien), pero quizás en una de esas, encontras algo en esas historias que te hace ruido, te hace algún click y te pones a investigar.
Abrazo muy grande!
Flor
Pd: ¿Vos qué pensás…conocer la historia de Nadia fue un golpe de suerte?