Hola First name / friend,
Durante la última década de mi carrera profesional, he confirmado en varias ocasiones lo siguiente:
El mejor momento para prepararte es cuando aún no necesitas hacerlo.
O como solía decir mi abuelo en vida:
“Gisselle, espera siempre lo mejor, pero prepárate siempre para lo peor.”
Y cuánta razón tuvo…
Corría el año 2012 y aún no había cumplido un año en mi nuevo trabajo. Si bien ya había experimentado dos fusiones bancarias seguidas antes de llegar ahí, nada me había preparado para lo que viviría.
Pero mejor aún, para lo que aprendería en los siguientes meses.
Un buen día, me dicen las palabras que cualquiera que se encuentre o haya colaborado en una organización o corporación grande jamás desearía escuchar:
Reestructuración
aka
Botadera
Aún recuerdo cómo me sentí al darme cuenta de que, si bien había conseguido un buen (la verdad, excelente) empleo, seguía sin librarme de las eventualidades.
Es decir, de todo aquello que no estaba bajo mi control.
Y sucedieron varios eventos, y efectivamente no tuve el control de absolutamente nada.
De repente, me vi inmersa en un proceso de reducción masiva en la organización que me había brindado una oportunidad única de formar parte.
Pensé que había dejado atrás la “incertidumbre”, sin embargo, me cuestioné si realmente había sido buena idea dejar mi empleo anterior.
En fin, luego reflexioné que había tomado mi decisión basándome en la información, contexto y, por supuesto:
La (Mi) emoción que sentía en ese momento
Acto seguido, recuerdo encontrarme en una sala de reuniones junto a mis compañeros en un entrenamiento que te preparaba en caso de que tuvieses que buscar empleo.
Y, por supuesto, como buena persona altamente sensible/ambivertida, sentí el entrenamiento un poco lejano, pues como probablemente sabrás, no todos respondemos, reaccionamos o producimos a la misma velocidad.
O al menos, podemos absorber la información de la misma manera si esta está diseñada para que funcione o encaje con todos por igual.
Literalmente, quedé congelada cuando la empresa de outplacement nos entregó a cada uno una carpeta de color oscuro con una serie de preguntas, consejos y tips para, en tiempo récord, definir tu perfil profesional.
De inmediato, tuve ese aha/ayalavida – moment.
Hace 1 año me había ganado el puesto, pero no me había detenido en ningún momento a “reflexionar” sobre mi posición actual.
En su lugar, me había montado en el carrito del “frenesí” por hacer, dejando a un lado algo que años después fue fundamental en mis futuras búsquedas de empleo:
Documentar/Recopilar.
Acciones que sí estaban bajo mi control.
Aunque entendía la necesidad de inmediatez para completar los ejercicios, supe en ese momento que todo habría sido distinto, más liviano, de haber estado:
Preparada de antemano, aunque no lo estuviese necesitando.
Estar preparado(a), aunque no estés buscando un nuevo empleo, es la mejor manera de quitarle la presión a la intención cuando realmente necesites buscar otro trabajo.
Y si lo anterior resuena contigo, estaré encantada en acompañarte si me lo permites.
Hasta muy pronto,
Gisselle