A Marina la conozco, pero a su hermana no. Sin embargo, haciendo un par de hipótesis y parándome en la vereda de enfrente, veo lo que pueden hacer 10 años de diferencia. (Mari es la hermana más grande de 3).
El dilema de Marina se ¨resuelve¨ distinto tengas 41 o 31.
Hay algo cercano a los 40 que se rompe, (o mejor dicho, se suelta).
Hay una rebelión, o una especie de grito de liberación.
Para muchas mujeres, la zanahoria de un ascenso ya no las mueve más.
Quieren algo mejor, distinto.
Hay algo em estos años de reclamar nuevamente el asiento del jinete.
Y hasta me animo a decir que es un reclamo que no se pide, se toma.
Pero a veces esto lleva un tiempo, un tiempoi de integración, de aceptación y finalmente de liberación.
¿Es fácil volver a tomar el mando?
No, pero ¿y entonces?