El tema es que post 2021 mi necesidad de movimiento se fue al subsuelo y lo único que quería era quedame en casa. Después del nacimiento de Vito el reacomode (físico, mental, habitacional y emocional) fue grande.
Si haces cuentas te darás que no fue un reacomode instantáneo sino que toda la vuelta me llevo unos 3 años.
Durante ese tiempo (hermoso pero turbulento) sentí tanto movimiento interno que lo único que quería era quedarme acá, en el jardín de la nueva casa, tomando mate y enraizando una nueva identidad.
Necesitaba que todo de a poco se empiece a aquietar.
Sé que nos encantaría que los procesos fueran un poco más express de lo que son, pero por el contrario siento que estos tres años fueron los que me permitieron reencontrame y empezar a afianzar este nuevo espacio (interno y externo) que habito hoy.
Ahora sí, más sólida y mejor parada tengo ganas de volver a viajar.
(Simbólicamente y en el mundo del creer y reventar) Después de 7 años de trámites, idas, vueltas y por sobre todo de muchas esperas, hace dos semanas nos dieron el pasaporte italiano. Hablame de finales e inicios de ciclo.
A Italia quiero ir el año que viene, por ahora solo nos acercamos a la cordillera para descansar.Vamos de a poco.