El tema del descenso a lugares profundos fue algo que siempre me convocó. Me fascina poder escuchar sobre los procesos álgidos, vertiginosos y expansivos de transformación personal.
A veces la vida nos lleva a las piñas a un inframundo alquímico en dónde no nos queda otra que transformarnos (un accidente, la muerte de alguien que queremos mucho, una enfermedad, una pandemia de la que no podemos escapar) pero otras, somos nosotras las que por decisión propia, bajamos los cincuenta mil peldaños para tocar el piso del mundo, rompernos un poco a pedazos y volvernos a rearmar.
Aclaro que nadie busca felizmente hacer este viaje a la profundidad. No se baja por deseo, sino por necesidad. Hay algo que convoca, (a veces a los gritos, a veces como un susurro que no podemos dejar de escuchar). La tierra se abre y empezamos el descenso, yendo al encuentro con esa voz.
Hace una semana escuché el podcast de Iara Villardebó en donde habla sobre un mito de más de 4000 años. Si un flash. Te conparto la historia de Innana, y su viaje al inframundo. Creo que de alguna forma podrás empatizar.