Hace unas semanas compré el curso del ABC del color de Lu Domínguez. Un curso que vengo mirando hace más de un año (¿o dos?) y siempre dejaba para después.
¿Color, yo?
Cada vez que lo veía pensaba: "Todo muy lindo pero…", y pum, me colgaba con otra cosa.
Lo cierto es que hace rato me genera curiosidad: ¿cómo funciona el color? ¿Qué hace que una combinación sea armónica? ¿Cómo se llega a crear ese azul específico?
Capaz esto empezó en 2021, cuando hice mi primer y único taller de pintura con Pau Filipelli. Después de esas clases salía a la calle, miraba a los árboles y me preguntaba: ¿y este verde, cómo se armará? ¿Cuánto de amarillo, cuánto de azul, cuánto de blanco? Desde entonces empecé a prestar más atención a la luz y a la sombra.
Después eso quedó en pausa —la rutina, la mudanza, la vida. Después de todo nuestra energía tiene límites y no podemos estar en todos lados al mismo tiempo.
Pero este año volvió el deseo. Y dije: ya fue, me lo compro. La sola idea de sacar los pinceles me daba felicidad.