Creo que en general nos cuesta horrores hablar de nuestras fortalezas si no tienen diploma.
Si no se pueden poner en un currículum.
Si no están validadas por un título, un jefe, una empresa, un ascenso.
Hay una semana en Fan de los lunes en donde nos detenemos a mirar nuestras herramientas, fortalezas, facilidades ahi veo lo entrenadas que estamos para responder en modo entrevista de trabajo.
Lo que estudiamos, lo que logramos, lo que nos reconocieron: como si esas fueran las únicas cosas que valen.
Pero lo otro… ¿cuenta?
(y ahora vamos a hablar de lo otro)
Una pregunta en voz alta:
¿Una fortaleza sigue siendo una fortaleza aun si no la podés ver?
Volvamos.
No somos solo lo que estudiamos.
Ni tampoco contamos solamente con las herramientas de nuestra profesión.
Nuestra historia nos atraviesa más de lo que imaginamos.
Y aunque no figure en LinkedIn, deja huellas profundas.
Hay momentos de nuestra vida que nos transforman (algunas fuerte y otras fuertísimo).
Algunas de estas situaciones las vamos a buscar, otras nos buscan a nosotras,
y sin querer queriendo todas estas experiencias nos dejan:
Otras perspectivas
Otras herramientas
Otra forma de mirar la vida
Más fuerza
Más empatía
Más coraje
Más claridad
Soy una convencida de que algunos de estos aprendizajes son más profundos —y más valiosos— que todo tu repertorio de LinkedIn. (Pongo las manos en el fuego)
Porque hay algo que el currículum no muestra:
la vida vivida.
Las historias que nos atravesaron y que nos hicieron ser quien somos hoy.
Como,
Alguien que perdió un embarazo.
Alguien que transitó un duelo que la desarmó.
Alguien que migró buscando sentido.
Alguien que se divorció aun con mucho miedo.
Alguien que materna con todo lo que eso implica.
Alguien que se animó a ser principiante.
Alguien que corrió una maratón.
Alguien que nació en una familia difícil.
Alguien que nació en una familia amorosa.
Alguien que cuidó durante años a alguien enfermo.
Alguien que bajó 40 kilos y ganó libertad.
Alguien que atravesó una depresión y volvió a la vida.
Alguien que salió de un vínculo violento.
Alguien que se mostró siendo tímida.
Alguien a quien echaron de su trabajo y reconstruyó.
Alguien que dejó de complacer para empezar a elegirse.
Alguien que soltó una amistad de toda la vida porque ya no se elegían más.
Alguien que contó su verdad por primera vez.
Alguien que se cansó de conformarse y fue por más.
Todo eso también es parte de nuestro recorrido.
Todo eso también vale.
También cuenta.
También es parte de todo lo que tenemos para dar.
Me encantaría que realmente podamos apropiarnos, reconocer todas estas herramientas, fortalezas perspectivas que nos dejó la vida.
No te mires solo desde tu currículum.
Mirá todo lo que viviste, lo que aprendiste, lo que te transformó.
Y porque te cuento todo esto, porque si querés cambiar, es imposible que empieces de cero.
A veces solo se trata de cambiar la mirada
y reconocer todo lo que ya está ahí.
Un abrazo fuerte
Flor
Bonus track: Si tenes ganas, hacé el ejercicio de anotar todas las experiencias de tu vida (elegidas y no elegidas) que te atravesaron. y que te dejaron más herramientas, más perspectivas, más fortalezas. Creo que este ejercicio puede ser más potente de lo que te imaginas. Date la oportunidad.