¡Buenos días excursionistas, hoy es el día de la marmota! Según la tradición, si la marmota Phil ve su sombra y regresa a su agujero, pronostica seis semanas más de invierno.​ Si no ve su sombra, tendremos una primavera temprana.
 
No nos hace falta que la marmota de Punxsutawney nos dé su veredicto, porque hace semanas que ya es primavera, pero una cosa sí tenemos clara: Mezclar señores con sombreros de copa y roedores videntes de gran tamaño es el tipo de folclore que nos gusta.
 
De mitos y leyendas va hoy la cosa.
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Palabrita de tejón
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TRIÁNGULO DE LAS BERMUDAS: EL ORIGEN
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Diciembre de 1945, un escuadrón de la marina de EEUU despega de su base en Florida en una misión rutinaria con una tarea fijada: volar en triángulo, oh qué ironía, para soltar una serie de bombas como entrenamiento. Ni los aviones ni la tripulación volvieron a ser vistos jamás. Otro avión que fue en su búsqueda tampoco.
 
Se trata de un área de más de 1M de km2, con forma de triángulo (escaleno para los exquisitos) con vértices en las Bermudas, Puerto Rico y Miami.
 
Pero ¿qué pasó? Nos encontramos ante un evento más misterioso que el secreto de la baba de caracol, y eso que el plan de vuelo era sencillo:
Empezamos rumbo 90º, que nos llevará directos al punto exacto del objetivo. Seguimos 77 millas y viramos a la izquierda rumbo de 346º durante 84 millas más. Cambiamos rumbo a 241º durante 140 millas y llegaremos de nuevo a la base.
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¿Ha dicho mano izquierda al rojo y pie derecho al azul?
Quizá estas instrucciones te desconcierten pero para el teniente Charles Carrol Taylor esto era pan comido. Spoiler: tampoco lo entendió.
 
En las grabaciones que se conservan, el teniente avisa de fallos en sus brújulas y en vez de volver a costa, cada vez se alejaban más. Llegó un momento en que se quedaron sin combustible y amerizaron. Hubo dos pilotos que quisieron corregirle el rumbo al teniente, y si hubiesen seguido su instinto (y no la disciplina militar) se habrían salvado y esta leyenda no se habría inventado.
 
No tardaron en salir teorías conspiranoicas que engloban desde abducciones extrateterestres y portales a otra dimensión hasta monstruos marinos. Todos ellos con un objetivo común: destruir todos los barcos y aviones que osasen atravesar este cementerio indio maldito.
 
Años después la ciencia ha podido aportar datos que nos ayudan a entender mejor lo que ha podido pasar: los arrecifes traicioneros, la magnetita del terreno, la corriente del golfo, los tifones, las olas inesperadas, la diferencia entre norte magnético y terrestre y la flatulencia oceánica (cuando el océano escupe repentinamente grandes cantidades de metano atrapado).
 
La tecnología de la época también contribuyó al desastre pero siempre es más aburrido un error humano que un calamar gigante.
🧜‍♀️
¿EXISTEN LAS SIRENAS?
El 9 de enero de 1493 se levantó un día ventoso, así que Cristóbal Colón decidió ir a puerto para que la tripulación almacenase agua del río.
 
Cristóbal, de notable conducta curiosa, aprovechó para navegar cuando de pronto avistó a tres seres extraños.
 
“Vi tres sirenas saliendo del agua. Sus rostros parecían humanos pero no son tan hermosas como las pinturas que he visto”.
 
A Colón le sorprendió que las sirenas fueran tan diferentes a lo que el arte y la literatura retrataban. Las describió como seres abominables, masculinos y rudos. A diferencia de Odiseo, que fue testigo de cómo su belleza y canciones proyectaban un hechizo sobre todos los marineros. Las sirenas de Colón de pronto ni cantaban ni eran guapas.
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“Me las imaginaba con menos bigote, debo confesar” 
Colón al divisar sus primeros manatíes.
Y ahora que hemos resuelto el misterio, hablemos de la orden de los Sirenios: Los manatíes (Trichechus) y los dugongos (Dugong dugon).
 
Estos apacibles mamíferos, también llamados vacas marinas son los hervívoros más grandes del océano. Tienen unas patas delanteras con cinco conjuntos de huesos que parecen manos y un cuello vertebrado que les permite girar la cabeza.
 
No es de extrañar que los marineros avistaran a estos animales desde la cubierta de su barco y los confundiesen con bellas criaturas de aspecto humano. No es del todo descabellado... si tenemos en cuenta que estos hombres igual llevaban en el mar meses o años, conocían las leyendas, su contacto con las mujeres era entre cero y nada y remojaban sus hocicos con mucho alcohol diariamente.
 
La principal diferencia entre los manatíes y los dugongos es la cola, como podéis apreciar en esta simpática infografía que hemos tomado prestada a Oceana.
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Un lapsus del todo comprensible, Cristóbal.
En su afán descubridor, Colón se tuvo que contentar con sirenas feas. Aunque esa sería la menor de sus confusiones teniendo en cuenta que pensaba que había llegado a Asia cuando en realidad estaba en República Dominicana.
Y ojo que ahora no podrás evitar enamorarte de este dato:
 
🚨 A esto se le llama sirena gracias a Charles Cagniard de la Tour, que en 1819 desarrolló un aparato que emitía un sonido muy fuerte y molesto. Como sonaba hasta bajo el agua, le recordó a los seres acuáticos de la mitología griega.
 
Podéis proceder a la extracción de vuestros sombreros.
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LA LEYENDA DE LAS MAREAS MANSAS
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Cuenta la mitología griega que Alcíone (hija del viento) y Ceix (hijo de la estrella de la mañana) vivieron una bonita historia de amor, hasta que Ceix se embarcó para consultar al Oráculo. Durante la travesía, el barco naufragó y se ahogó.
 
Irene Vallejo (la autora) y Lina Villa (la ilustradora) nos trasladan al mar a través de las olas y el viento. Dando forma a un cuento precioso y delicado que habla de la pérdida. Las autoras atravesaban un duelo personal por la muerte de su padre y lo manifestaron a través de una de las historias más desconocidas de las Metamorfósis de Ovidio. Las editoriales lo rechazaron inicialmente porque no querían un libro que hablase sobre la muerte para niños.
 
En el libro conoceremos al alción (Alcedo atthis) o Martín Pescador, ese rapidísimo pájaro que caza bajo la superficie de las aguas para desgracia de inocentes pececillos. También los días alciónicos, esos en los que no hay tormentas, ni sopla el viento, momento para que el Martín Pescador haga sus nidos. 
Martín pescador
El drama y la ciencia, unidos por Martín.
Pero ¡Quietos! No os vayáis todavía, que nos tienen que cantar algo. Perdéos cual marinero en sus voces y en sus ojos.
NOS LEEMOS PRONTO
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