Los padres son muy de gritarle a los árbitros en la tele cuando va perdiendo su equipo. Suelen quedarse dormidos viendo la vuelta ciclista (en todas y cada una de las etapas, sin excepción). Si tu padre te dice que vayas, vas. Y si te dice que no vayas al cementerio de elefantes porque lo frecuentan unas hienas con dudosas intenciones, pues no vas.

 

Los padres son los barredores en una partida de curling y tú eres esa cosa que parece una piedra con un mango.

 

¿Qué conexión tendrá esto con las profundidades? Sólo los que se queden lo averiguarán.

Hablemos de Poseidón, sacudidor de tierras, portador de tormentas, el que no arde, rey de los mares, invocador de Chthulhu y Neptuno para los romanos roba-mitologías.

Como en la mitología griega no puede uno venir al mundo de forma normal, Poseidón fue engullido por su padre al nacer. Su hermano Zeus le salvó y a cambio éste le ayudó en la guerra contra los titanes. Una batalla que duró diez años y que finalmente ganaron los dioses del Olimpo.

 

Pero conozcamos más detalles… porque su trayectoria incluye incesto, raptos, violaciones, traiciones, monstruos marinos y hábitos desconcertantes relacionados con caballos. 

 

Como buen dios griego, sufría de un trastorno narcisista bastante severo y se obsesionó con que las ciudades le rindiesen pleitesía. Primero probó en Corinto, pero prefirieron a Helios, luego lo intentó en Egina, pero Zeus le ganó en popularidad. Se fue a Delfos a probar suerte, pero Apolo le adelantó por la derecha y Dionisio triunfó en Naxos.

¿Acaso esta concatenación de fracasos le haría replantearse las cosas?

Por supuesto que no ¡es mitología griega, no terapia conductual!

 

Ciego de ira, desafió a su sobrina Atenea por el control de una ciudad sin nombre y perdió contra ella (así nació Atenas, la capital). Los hombres votaron a Poseidón y las mujeres (que eran mayoría) a Atenea. Como el enfado de un dios no conoce límites, clavó su tridente e inundó la ciudad. Zeus tuvo que intervenir y detuvo la catástrofe a cambio de retirar el derecho a voto a las mujeres (dato que puede enriquecer ciertas sobremesas una barbaridad).

 

Como nadie que salga a navegar quiere enemistarse con el dios del mar (y a los atenienses les gustaba mucho navegar) finalmente cedieron y le construyeron un templo, por enfadica.

 

Ahora que conocemos mejor a Poseidón ¿no os parece una bonita ironía del destino la historia del Titanic y la del Titán? (por si no habéis estado atentos, los titanes fueron vencidos en la Guerra por los dioses del Olimpo).

 

Moraleja: si has de bautizar un barco o un submarino, elige bien.

Me he guardado un as en la manga. Efectivamente, el tema de Poseidón con los caballos. Y es que él creó al primer corcel, pero como la tecnología equina se desenvolvía regular en el agua, lo tuneó para que galopase mejor y tirase con más fuerza de su hidrocarro. Y así nació el Hipocampo, un monstruo marino con cabeza de caballo y cola de pez.

 

Un ser mitológico que a final resultó que sí que existía, aunque con algunas diferencias obvias.

El caballito de mar (Hippocampus) pertenece a la familia de los signátidos (peces con mandíbulas unidas) a la cual pertenecen también los peces pipa y los dragones de mar.

 

A pesar de ser peces, presentan carencias obvias en cuanto a habilidades natatorias, ya que son los únicos que tienen la cabeza en ángulo recto con el cuerpo. No tienen aleta caudal y en su lugar tienen una cola prensil que utilizan para agarrarse a la vegetación y a la vida en general. Y tampoco tienen escamas, sino placas óseas que forman una estructura dura y viscosa.

 

Parece que hemos perdido bastantes superpoderes al pasar del mito a la realidad, pero como la naturaleza no da puntada sin hilo, para protegerles de sus depredadores, les hizo maestros del camuflaje. 

 

Si Poseidón te ha conservado la vista y tienes un foco medio decente, podrás encontrar la mayor biodiversidad en el Indo-Pacífico. Aunque no hace falta irse tan lejos ya que en España podemos encontrarlos si buscamos en aguas poco profundas, cerca de la costa y con abundante vegetación.

 

La característica más curiosa, única en el reino animal, es que es el macho el que se embaraza. Son ovovivíparos, los huevos son transferidos de la hembra a la bolsa incubadora del macho, donde se produce la fertilización y la gestación. Las crías totalmente formadas son liberadas a merced de las corrientes hasta que consiguen asentarse en alguna parte.

 

Pocas lo consiguen, por eso está considerado especie vulnerable.

¿Qué harías si tu mejor amigo es asesinado en tu presencia por un animal que al parecer, no existe? Exacto, ir al psicólogo.

 

Pero claro, tú no eres Steve Zissou, un famoso oceanógrafo frustrado y con poco sentido del ridículo que acaba de ser considerado un impostor por toda la comunidad científica.

 

Con la ayuda de sus hombres, emprenderá una nueva expedición donde la venganza es el móvil aparente. El barco elegido es el Belafonte, una embarcación triposa que parece salida de un tebeo. Allí transcurrirá esta fábula marítima con un giro inesperado: un supuesto hijo ilegítimo que se une al equipo de investigación.

 

Imagináos la receta: una pizca de Moby Dick, 3 cucharadas de Jacques Cousteau, un toquecito de Íñigo Montoya y una tripulación que parece una familia disfuncional. Todo esto lo rebozamos con una estética que nos lleva a los 70 con un humor finísimo y lo servimos de acompañamiento con un portugués que deambula por el barco versionando a David Bowie.

 

Ahora ya me puedo bajar de la caja de madera donde me he subido cual apóstol a evangelizaros. Llevo años enganchada a esta película como un velcro.

 

Id corriendo a verla en Disney+.

Me despido con un temazo muy punki (gracias Endika por la recomendación) que debería ser un himno para todos los fans de Le Commandant, uno de los padres del buceo.